El mercado y el consumidor son cada vez más conscientes de las cuestiones de sostenibilidad y preservación del medio ambiente en las relaciones de compra y prestación de servicios de las empresas. Se ha dado prioridad a los productos biodegradables, reciclables y que no requieren la extracción continua y la supresión severa de recursos naturales finitos. En este contexto, el cartón corrugado representa la opción más ventajosa en comparación con otros tipos de envases. Además de ser fácil de manipular y ampliamente aplicable, la producción de cartón corrugado tiene un bajo impacto medioambiental: puede devolverse varias veces a los centros de reciclaje. Además, el uso de agua en la fabricación de este tipo de material retornable también es reducido, al igual que el uso de menos energía y, como consecuencia, se produce una reducción de la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.
Estamos acostumbrados a ver envases de cartón corrugado, pero a menudo no somos conscientes de su presencia en nuestra vida cotidiana. El cartón corrugado es el principal embalaje de los productos manufacturados y sirve para envolver alimentos, frutas, medicamentos, muebles, aparatos electrónicos, productos de higiene y ropa. La presencia del cartón corrugado en nuestras vidas es posible gracias a la variedad de formas y tamaños en los que se puede moldear, lo que, unido a su eficacia protectora, amplía las posibilidades de su uso. Además, el cartón es susceptible de estilización y puede diseñarse y pigmentarse según el proyecto establecido, aportando un estilo propio a los envases y contribuyendo a la publicidad de los productos.
El comportamiento de los consumidores influye en las necesidades de producción y viceversa. En la producción de cartón corrugado, existe la preocupación de mantener la cadena productiva bajo un ciclo sostenible que vaya más allá de las medidas de obtención de materias primas y fabricación industrial, para generar empleos e ingresos mediante el mantenimiento de bosques replantados y procesos de reciclaje. La responsabilidad social y ambiental de producir sin agravar los contextos ambientales y la iniciativa de minimizar los efectos nocivos de las industrias sobre el ecosistema es creciente e irreversible. Con esto en mente, es posible pensar en la combinación de practicidad, innovación y sostenibilidad del cartón corrugado como la opción más asertiva entre las disponibles en el mercado.